Los pacientes suelen preguntar cuánto tiempo consumirá una psicoterapia. Es natural que se pregunte cuánto tiempo necesitará de terapia para empezar a ver cambios significativos. Párese a pensar en lo siguiente: ¿cuánto tiempo diría usted que se requiere para aprender una nueva habilidad o un nuevo idioma? Si se apuntara a un curso para aprender un nuevo hobbie, ¿cree usted realmente que llegaría a dominarlo en pocos días? ¿Diría que en medio año lo tendrá dominado? O, incluso, si va a un gimnasio, ¿cree usted que con unos pocos días ya estará en buenas condiciones físicas?. Lo cierto es que, desde aprender un idioma hasta cambiar uno mismo, todo requiere un tiempo. Posiblemente, y pensando en la adquisición de un nuevo idioma, en medio año en el mejor de los casos alcanzaría un nivel de principiante y necesitaría algo más de un año para que se sintiera capaz de hablar con cierta fluidez.

Hace casi ya unos treinta años, se llevó a cabo un estudio exploratorio acerca de la satisfacción de los pacientes con su psicoterapia, reuniéndose las respuestas de casi unas 4.000 personas que habían participado en un proceso psicoterapéutico en los tres años anteriores. Este estudio fue una importante novedad en el campo de la investigación que, por lo general, está plagado de las opiniones de académicos que suelen carecer de formación específica en psicoterapia o bien de la experiencia personal de una psicoterapia. Pero son las opiniones que suelen circular con mayor profusión, que remarcan siempre lo que describen como «psicoterapias validadas empíricamente» o «basadas en la evidencia», es decir, aquellas intervenciones psicoterapéuticas protocolizadas y empaquetadas en unas pocas sesiones que se asegura que son altamente efectivas. Pero conviene que el consumidor tenga claro que este argumento es engañoso y no se corresponde con la realidad clínica. Unas pocas sesiones quizá promueven una mejora sintomática, poco más. Por otra parte, este tipo de intervenciones se basan en el modelo médico por el que se clasifican los problemas de los pacientes en una única categoría diagnóstica y aplican entonces la dosis (sesiones) pertinente para valorar los cambios, lo cual, queda muy bien en un artículo o en un PowerPoint, pero no refleja la complejidad de la vida mental de las personas que se compone de conflictos, ansiedades y defensas variadas.

Volviendo al estudio al que me refería del pasado 1995, conocido como Consumer Reports y que fue llevado a cabo por una organización de consumidores imparcial de cualquier modelo de intervención clínica, la principal conclusión que se extrajo es la siguiente: una psicoterapia requiere de tiempo, reportando los propios pacientes un cambio significativo a partir de los 6 meses y, para aquellos pacientes que estuvieron en psicoterapia un año o más, los cambios continuaron en una curva ascendente. Y, además, se pudo observar que los peores datos se encontraban entre aquellos pacientes a los cuales sus mutuas restringían el número de sesiones cubiertas.

Este estudio fue importante al reflejar la experiencia de los propios pacientes en sus propias terapias. Y parece ser coincidente con otros estudios realizados, esta vez entre psicoterapeutas experimentados (es decir, con un mínimo de 15 años de experiencia), en el sentido que la media de sesiones que los psicoterapeutas consideraban necesarias para empezar a ver cambios significativos tendían a coincidir con un plazo de un año de psicoterapia semanal, con independencia del modelo clínico que sostuviera la práctica psicoterapéutica. Esto choca frontalmente con las opiniones de los académicos que subrayan la gran efectividad de tan sólo 10 o 12 sesiones, es decir, no más de 3 meses de psicoterapia semanal. Como suelo indicar a mis pacientes, con ese tiempo, no hemos hecho más que empezar a trabajar.

Como han indicado otros colegas, este tipo de estudios tienen sus limitaciones, la principal de ellas, que estamos hablando de encuestas. Pero los datos que arrojan dan que pensar. De hecho, atendiendo a un macroestudio realizado con unos 10.000 pacientes, en donde fueron evaluados cuantitativamente sesión a sesión con cuestionarios ad hoc, los datos nuevamente apuntaron en la misma dirección. Se requiere de un mínimo de 6 meses para empezar a atisbar cambios y a mayor tiempo de psicoterapia, mayores cambios y mejor consolidación de los mismos.

Por lo tanto, tenga en cuenta que una psicoterapia requiere tiempo. Ni las mutuas ni los académicos pueden proveer ni protocolizar cuántas sesiones necesitará usted ni a partir de cuándo empezaran a darse cambios significativos. Además, ese tipo de terapias que se describen como breves y basadas en la evidencia, inciden exclusivamente sobre los síntomas y no abordar los patrones de personalidad que subyacen y dan forma a los síntomas.

El cambio psicológico auténtico deriva de un trabajo sostenido a lo largo del tiempo y que aborde los patrones de personalidad en profundidad. Un buen resultado en una psicoterapia no pasa únicamente por la reducción de síntomas, sino por una mejor comprensión de los propios pensamientos y emociones, una mejora en el modo de relacionarse con uno mismo y con los demás y una mejora en la propia autoestima y en el modo de cuidar de sí mismo.